Tuesday, February 19, 2008

Ambicion de Artista..Estoy Aqui!!

Sent: 2/15/2008 11:49 AM
Consejos de Faulkner
HERIBERTO FIORILLO

“Un artista es una criatura impulsada por demonios que lo escogen, sin saber por qué. Un tipo completamente amoral, que será capaz de robar, tomar prestado, mendigar o despojar a cualquiera y a todo el mundo con tal de realizar su obra”.

Lo dijo William Faulkner, quizás el número uno de los escritores norteamericanos de toda la historia. La larga entrevista, concedida a The Paris Review, de George Plimpton, hace varias décadas, es también un código de valores morales y literarios, que reciben hoy en relectura los escritores modernos como consejos del viejo grandioso.

“El artista es solo responsable ante su obra”, dijo él. “Será completamente despiadado si es un buen artista. Su obra es un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz. Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro.

Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo...”.

Talento, disciplina y trabajo requiere un novelista para ser bueno, sostiene Faulkner. Todo buen escritor es, según él, un insatisfecho permanente, en competencia consigo mismo, jamás con sus contemporáneos ni predecesores.

Todo lo que necesita el escritor —dice— es lápiz y papel. Y pasión. Para lo demás está demasiado ocupado. Se engaña aquel que dice no tener tiempo ni libertad económica.

“El buen arte puede ser producido por ladrones, contrabandistas de licores o cuatreros. La gente realmente teme descubrir con exactitud cuántas penurias y pobreza es capaz de soportar.

Y a todos les asusta descubrir cuán duros pueden ser. Nada puede destruir al buen escritor. Nada puede alterarlo sino la muerte.

A pesar de reconocer que su magnífica novela Mientras agonizo fue sostenida por una estructura técnica que se le impuso, William Faulkner dijo no creer jamás en las técnicas narrativas: “Si el escritor está interesado en ellas, más le vale dedicarse a la cirugía o a colocar ladrillos. Para escribir una obra no hay ningún recurso mecánico, ningún atajo. El escritor joven que siga una teoría es un tonto.

La gente sólo aprende a través del error. El buen artista cree que nadie sabe lo bastante para darle consejos y tiene una vanidad suprema. No importa cuánto admire al escritor viejo, quiere superarlo”.

No sólo la estructura o la temática se le imponían en sueños. También los personajes. “En mi caso siempre hay un punto en el libro en el que los propios personajes se levantan y toman el mando y completan el trabajo. Eso sucede, digamos, alrededor de la página 275. Claro está que yo no sé lo que sucedería si terminara el libro en la página 274.

La cualidad que un artista debe poseer es la objetividad al juzgar su obra, más la honradez y el valor de no engañarse al respecto”.

Para Faulkner, su mejor novela fue El sonido y la furia, la más dolorosa. “La amo porque me causó la mayor aflicción y angustia, del mismo modo que la madre ama al hijo que se convirtió en ladrón o asesino más que al que se convirtió en sacerdote”.

Entonces le preguntaron por el papel de la inspiración en su trabajo. “No sé lo que es eso. La he oído mencionar, pero nunca la he visto”.

Así respondió cuando en esa ocasión le preguntaron por su lugar ideal para escribir.

“El mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar.

Goza de una perfecta libertad económica, está libre del temor y del hambre, dispone de un techo sobre su cabeza y no tiene nada qué hacer excepto llevar unas pocas cuentas sencillas e ir a pagarle una vez al mes a la policía local. El lugar está tranquilo durante la mañana, que es la mejor parte del día para trabajar.

En las noches hay la suficiente actividad social como para que el artista no se aburra, si no le importa participar en ella. (...) Mi propia experiencia me ha enseñado que los instrumentos que necesito para mi oficio son papel, tabaco, comida y un poco de whisky”..

Para Faulkner, la finalidad de todo artista es detener el movimiento que es la vida, por medios artificiales y mantenerlo fijo de suerte que cien años después, cuando un extraño lo contemple, vuelva a moverse en virtud de qué es la vida. Puesto que el hombre es mortal, la única inmortalidad que le es posible es dejar tras de sí algo que sea inmortal porque siempre se moverá.

Esa es la manera que tiene el artista de escribir “Yo estuve aquí” en el muro de la desaparición final e irrevocable que algún día tendrá que sufrir.

“A mí me gusta pensar que el mundo que creé es una especie de piedra angular del universo; que si esa piedra angular, pequeña y todo como es, fuera retirada, el universo se vendría abajo”.
Mensaje en Una Botella;
" me pregunto si todo lo que buscamos es dejar huella, decir estuve aqui...acuerdate siempre de mi..."...
" a veces como hoy se que existo, pero no se quien soy"...
Aborigen

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