Friday, April 11, 2008

-Arbol de Manzana-


En el patio mi madre hace cortes en rosales y en pequeños árboles, y en ellos encaja otras ramas que luego sujeta con pedazos de tela. El injerto que se hace en una planta termina por fundirse en ella, me dice: ya verás, un día de estos te sorprendo con una rosa azul, o una guayaba con sabor a cereza.Algo junta estas plantas y árboles contrarios, los convocan quizá las mismas ansias, coinciden fuerzas y flaquezas: la suerte de uno es el destino de otro (resulta difícil no pensar en John Donne) Me digo, mirando a la jardinera, que a pesar de las distancias, los hombres también somos almas contiguas. Desde la raíz del tiempo nos injertamos unos en los otros. Nacemos y luego nos fundimos en los tajos del mundo. Nos agitan los mismos vientos, nos trepan las mismas hormigas del miedo.Algunos –sin embargo– nunca dejamos de sentirnos los frutos caídos de un árbol que no crece bajo esta estrella John J. Junieles